Escojale y Lea

lunes, 9 de diciembre de 2013

La honestidad es lo que define a los mexicanos (Las ventajas de comprar tú solo)

Hace unos días me encontraba con un compañero caminando por las calles de Xalapa, el destino este individuo iba a medirse un vestuario para una obra y el destino quiso que estuviera cerrado y no llegara el director (si camine a lo…), lo bueno es que me invito un pan y yo como buen amigo decidí invitarlo a tomar un yogurt (esto no es albur) de una tienda especializada a vender productos lácteos, el va hacia las mesas yo voyme hacia los refrigeradores, en esto entra una señora de calculados 50 años, aspecto acabado, con cara de “mírame y no me toques” se para al lado mío, dejo que por cortesía tome primero su producto (que estaba en otro refrigerador) y después tomo lo que voy a consumir, obviamente esta señora deja el refrigerador abierto y llego a caja a pagar, después de haber ya pagado mis productos y checando el cambio, la señora se dirige a pagar; lo que paso lo resumiré en un pequeño dialogo y sobre todo tener justicia sobre las cosas ya contadas, solo porque quiero que se me haga justicia. 

La señora paga y el empleado se la queda viendo el cajero le dice: -señora dejo el refri abierto-, la señora con cara de culpa voltea a ver a su única salvación: Yo. -No el muchacho lo dejo abierto- comenta la señora, -pero el joven no abrió ese refrigerador-, yo me quedo viendo tanto al cajero como a la señora, -a pues pudo haberlo cerrado él-, el cajero va a cerrar el refri con cierta molestia, yo nada más me quedo viendo a la susodicha esta que me acababa de echar la culpa, ella con cara de cobarde y yo con cara de no chingue y acepte sus errores, la señora paga y yo me dirijo a la mesa, en eso la señora me alcanza y con cierto tono amargo me dice: -vaya que caballerosos son los hombres de ahora- y termine diciéndole: -disfrute su refresco seño y no se preocupe soy caballeroso cuando se me da la gana- dicho esto hizo una mueca de película de horror y me fui sentar rápido, cuando paso por la calle, iba acompaña por otra mujer se me quedaron viendo y solo levante mi yogurt en señal de brindis. 

Nota: el cajero solo dio ánimos puesto que siempre hacían lo mismo en busca de un “caballero” que hiciera lo que ellas quisieran, para que les pusieran las nalgas por delante a los "caballeros" que hacen lo que ellas ordenan, ya no pude comer bien mi yogurt.

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