Desde mi infancia claro está, el día de muertos siempre me ha llamado la atención sobre todo, la visitas a los panteones, las flores de cempasúchil, el olor a incienso, las calaveritas de chocolate, azúcar, amaranto y gomita, el chocolate (de leche o de agua) y el pan de muerto. Todo esto es evidente que a un niño fuera de lo común como yo le encantaba y sigue encantando esta fiesta sobre todo en mi natal Oaxaca, desde muy chico mi bisabuela me enseño el valor de respetar a los muertos y a los vivos, también que significaba cada cosa en el altar, cosa que tiempo después reafirmaría con mis abuelos paternos.
Así fui aprendiendo que esta celebración es para tanto recordar a los que ya se fueron como lo que nos espera cuando llegue: la calaca, la catrina, la pelona, la finada o la petateada por nosotros, en México esa es la costumbre burlarnos de la muerte y verla como una amiga, hay que morir como se vive y sobre todo “Dime como mueres y te diré quién eres” como lo dice Octavio Paz en el Laberinto de la Soledad, con esta tradición cabe decir que esta casi muriendo, puesto que poco a poco se ha ido perdiendo el verdadero valor de esta bonita fiesta ya que últimamente y no me dejaran mentir que la utilizamos como un puente para largarse un rato a quemarse la barriga a Acapulco o lo que es peor aún quedarse viendo películas gringas de fear, esta es una de las cosas que más me entristece y me hace ponerme al grado de darle una buena tunda cuando alguien dice:
-vamos a celebrar Halloween
Puta madre con esto le dan a la madre al día de muertos y de paso hacen retorcer a Mictlantecuhtli (Señor del inframundo) del enojo, cabe mencionar que últimamente se ven más cosas yanquis con la cita “Feliz Halloween” o los disfraces de bruja del oeste tipo mago de oz, ¿donde quedo posada con sus famosos grabados de Calaveras? ¿Donde quedo la llorona o la catrina? Algo que también me hace retorcerme es que los niños en vez de pedir “calaverita” lleguen gritando:
-¡queremos Halloween!
A lo que respondería:
-¿Cuál Halloween? ni que ocho cuartos aquí es día de muertos, vuelven a decir Halloween y no les doy nada…
Otro punto son los disfraces en las comparsas, ya que vemos desde a Frankenstein, Drácula, el Hombre lobo, el monstruo de la laguna verde, Chucky, Jason, etc. Las momias yo todavía las paso por que están en Guanajuato, pero ver disfraces de policía, bombera, enfermera, cajera, sobrecargo parecidas que salieron de una película de adultos no tiene perdón de dios ni perdón de la mima celebración, pero creo que es una de las partes que me gustan por que se descubren las chicas guapas, pero donde quedaron los fantasmas y monstruos mexicanos, donde quedo la famosísima Llorona, la Matlazihua, el Charro Negro, La Catrina, El Sereno sin cabeza, La Planchada, El Fantasma de Emiliano Zapata, La novia Vengadora o La quemada ¿en donde se quedaron estos seres tan alabados en el folklore mexicano?
Yo solo quiero decir una cosa: El próximo que diga Halloween al Día de Muertos le daré una tunda y si algún día llego a tener hijos (cosa que aun dudo) será la primera celebración que les daré que aprendan a respetar.
