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miércoles, 2 de abril de 2014

Septiembre mes del mexicano independiente

El mes de septiembre siempre es visto como el mes cuando se celebra la independencia de México, yo me pregunto ¿Qué no habría de celebrarla siempre? O simplemente nos cuesta visualizar un México realmente independiente, la historia nos cita que: “una madrugada del 15 de septiembre el Cura Don Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte (apuesto que no más le conocían como Miguel Hidalgo) se levanto en armas contra el régimen español que gobernaba en ese entonces, esto es lo que hemos aprendido a lo largo de 15 años en las escuelas o al menos fue lo que aprendimos como borregos para escribirlo en un examen de historia de México y sacar un 10.

Bueno al menos esta es la parte oficial de la celebración o como lo marca la historia y el calendario oficial, pero ¿Cómo vivimos hoy esta celebración? Es fácil para un mexicano en esta época darse cuenta porque está cerca esta fecha, la primera parte consta de varias personas con carritos que transportan ya se banderas, zarapitos, bigotes falsos, sombreros con la leyenda “Viva México Cabrones” etc. Entonces la mente llega y nos dice se fue agosto y viene septiembre, también fácil reconocer en las ofertas del Waltmart los disfraces de los héroes nacionales entre $100 o $200 y que los zócalos de los diferentes estados de la republica se ven diferentes adornos tricolores.

Llegado el día 15 y 16 se utilizan para dos simples cosas: Puente Escolar para los menores e irse de peda los mayores, bueno durante el día vemos un ritual casi emblemático de ponerse la playera de la selección mexicana o una playera verde con unos tacos de futbol con la leyenda “México es un país de tacos” y rara vez un zarape y claro en tradicional sombrero revolucionario, basta con decir que hasta los automóviles también pasan por este “ritual”, llegada la noche todos en bola se dirigen el zócalo de cada cuidad a ver a su querido “servidor público” ya sea de cualquier partido, dar el Grito de Independencia.

El Grito de DOLOR es

Ya sea estar en el zócalo o verlo por la televisión, vemos como alrededor de medio millón de mexicanos ya sea en casa, en el bar, en un restaurante y uno que otro rezagado que decide irse a dormir para no ver nada de lo que sigue, que es esto:

Vemos o esperamos que el querido presidente de la republica, salga a dar es celebre Grito que parece un buen “Texto Dramático” aprendido entre el Presidente y el Pueblo que recita así:

Presidente: Sale el presidente de la república al balcón y toca la campana por lo menos un par de veces ¡Viva Don Miguel Hidalgo y Costilla! si el presidente puede recitar el nombre competo de los héroes mejor

Pueblo: ¡Viva! 

Presidente: ¡Viva José María Morelos y Pavón! 

Pueblo: ¡Viva!

Presidente: ¡Viva la Corregidora Josefa Ortiz de Domínguez!

Pueblo: ¡Viva!

Presidente: ¡Viva Allende!

Pueblo: ¡Viva!

Presidente: ¡Viva Aldama!

Pueblo: ¡Viva!

Presidente: ¡Viva Jiménez!

Pueblo: ¡Viva! alguno que otro ¿ese quién es?

Presidente: ¡Viva México! 

Pueblo: ¡Viva!

Presidente: ¡Viva México!

Pueblo: ¡Viva!

Presidente: ¡Viva México!

Pueblo: ¡Viva y que chingue su madre en presidente del PRI!


Después de este intercambio de palabras, la campana suena sin parar y se ven fuegos pirotécnicos, al final se escucha el himno nacional como cada quien recuerde que se lo enseñaron.


Después de haber concluido este solemne acto patriótico, cada mexicano decide irse a llenar el estomago con Tequila, Mezcal y antojitos regionales, para al día siguiente amanecer con una resaca y con diarrea, pero eso si Mexicano hasta el final.

Nota del autor: Se que esto debería estar publicado en septiembre... pero que más da, disfrutenlo. 

martes, 1 de abril de 2014

Mis desprestigios

Quisiera poner sus dos nombres y apellidos, pero no, quisiera hacer un anagrama con su nombre; pero no, quisiera con mucho gusto olvidarla, pero no, quisiera llamarla Jennifer o Miriam para ocultar su nombre de este relato (que va a terminar leyendo) pero simplemente me propondré a llamarla originalmente Ella. Todo esto comenzó cuando era más joven y más imbécil de lo normal; creía en el amor a primera vista y hacia intentos chuscos de poemas con dedicatoria, los grandes poetas se estarían retorciendo ante aquellos intentos de escritura patética, yo la vi pasar muy aprisa para una clase y recién, me componía de un romance fallido (dígase La Zona del Amigo) solo la vi pasar y con eso me basto para ser flechado. 

Desde ese momento me dije para mis adentros –esa es la mujer con la que quiero pasar el resto de mi triste y desdichada vida- si viviera en épocas del romanticismo seria un genio, pero cuando me pongo a analizar lo que decía para mis adentros, solo aparecía la palabra mandilón con todo su esplendor, como es natural, cuando estamos jóvenes me dedique a planear como cortejarla, no había mejor plan hecho en la historia de la humanidad para conquistar a una mujer, de hecho Napoleón se quedaba corto ante aquella táctica, entonces al acercarme a hacerle platica empecé con la pregunta más original de la historia de los mejores amantes.

-¿Te gusta el queso?- le dije, cuando vi a pasar a Marcos con su torta recién comprada.

-Claro, me gusta mucho- tarde 3 meses, 5 días, 3 horas con 36 minutos; en darme cuenta que era sarcasmo del más fino.

Ella se me quedo viendo con unos ojos de lárgate de aquí, pero yo solo veía que me decían: muero por estar junto a ti, dejando atrás mi primera ofensiva fallida de hablarle, opte por el plan B, consistía en una serie de preguntas indiscretas a su mejor amiga Viridiana, preguntas que iban desde el ¿Cómo se llama? ¿Qué le gusta? ¿Qué no le gusta? ¿Por donde vive? Terminando con la más clásica que es ¿Tiene novio? Cuando tuve todo esta información asegurada, citada y parafraseada comencé a hacer todo lo posible para llamar su atención, desde ponerle en su mochila poemas firmados con un seudónimo que me invente, mandarle rosas y escribirle un cuento, todo iba perfecto porque cada vez que ella abría su mochila y veía lo que había dejado en ella se sonrojaba y veía por todos lados buscando al admirador secreto detrás de todo esto.

Entre más cosas hacia, ella quería conocer al hombre detrás de todo esto o al menos eso yo pensaba, pero el destino y a la que había entrevistado me habían hecho una gran trampa; como mas tarde se verá, empecé a ir a todas sus presentaciones de danza, investigue a todas las bailarinas que ella admiraba, investigue que significaba su nombre y comencé a acercarme poco a poco a ella, la primera vez fue en un ejercicio de filosofía de la vida donde nuestros pensamientos eran tal para cual, a partir de ahí reafirme que ella y yo debíamos tener algo.

Así como empezó el semestre se iba terminando, tenía que apurarme a decirle cuanto la amaba antes de las vacaciones de verano, en esas hicimos un viaje a la sierra para pasar un buen rato, con buen rato quiero referirme que todo terminaron ebrios en las cabañas y a mí me molestaban por la cantidad de fotos que le había tomado cuando presento su coreografía, como empezó el viaje termino y no le dije lo que sentía por ella, entonces tuve que armarme de valor y hacer algo que fuera mas allá de los confines de las declaraciones amorosas, que fuera algo que jamás se hubiera visto, que fuera tan memorable para que me diera el si de una vez y nos amaramos… la invite al cine.

Cuando le dije que si quería ir me dijo que si, entonces planeamos el día, la hora y la película que iríamos a ver, cuando termino la última clase que teníamos y sin despedirme de nadie para no perder tiempo, nos fuimos al Cinemex más cerca que teníamos (y porque era el más barato) vimos la cartelera, compre los boletos y entramos a la función.

No disfrute la película, cada vez que había una escena romántica me tomaba de la mano suspiraba y me veía a los ojos, una y otra vez, cuando termino la función y estábamos a puntos de irnos, le dije que quería hablar con ella en ese mismo instante, revelarle todo lo que tenia adentro, nos sentamos en una banca que había en la plaza y comencé a relatarle con cierta dificultad que yo era el de los poemas, las rosas y demás cosas, ella me veía con cara de horror y a punto de llegar al llanto, cuando termine de decir todo lo que tenia adentro, se me quedo viendo con una infinita tristeza.

-Mira Vicente eres una persona muy linda y muy tierna pero…- cuando una mujer suelta un “pero”, es mejor prevenirse de la frase consecuente que puede terminar asesinando a alguien. 

-¿Pero?- dije rápidamente para aliviar el golpe que iba a sufrir.

-Creí que ya lo sabías o que te habías dado cuenta…-

-Darme cuenta ¿de qué?- conteste espantado, “ya tiene novio” pensé para mis adentros.

-Me gustan las mujeres, soy lesbiana, perdóname- cuando dijo esto me quede sumamente sorprendido, en efecto era lesbiana, sabía que ese beso que le dio a Giselle no era de juego, porque no me di cuenta de esto antes. Creo que al ver mi reacción se sintió incomoda y se fue, no la culpo a mi me tomo desprevenido esto.

Al día siguiente, cuando llegue a la escuela mis amigos me preguntaron cómo me había ido, no les dije nada, solo fui a clases y me regrese a mi cas tan rápido como pude, no estoy en contra de la libertad de sexualidad, pero si me hubieran dicho que era lesbiana desde mucho antes me hubiera horrado tanto trabajo.

Tiempo después, me entere que su amiga a la que había yo preguntado todo sobre ella, se había vengado de algo que le había hecho años atrás, naturalmente me quede pensando y en ese momento tuve un chispazo al recordar a una Viridiana de mi primaria a la que le había roto y sacado dos dientes de un balonazo accidental ¡vaya! pinche vieja resentida.

domingo, 30 de marzo de 2014

¡Qué raro amor!

Cuando la conocí fue el día que menos lo esperaba, me encontraba como todo los días en la librería, buscando uno que otro libro para mi biblioteca personal, había llegado a la sección de literatura mexicana y estaba ahí, parecía una de esas mujeres que se viste como es la moda actual, con un pensamiento de que este país todo se resuelve por medio de las armas; a mí me parecía chocante, brusca con sus pensamientos, altanera con los políticos, buscadora del sexo casual y estrictamente vegetariana. Nos miramos de reojo como quien ve a su peor enemigo y está a punto de sacar la pistola, naturalmente la ignore y me decidí ir a buscar algún libro de mi interés.

En esas estaba, cuando se puso a mi lado, haciendo una mímica grotescamente teatral de buscar libros, si estuviera en el examen de la UV de teatro; seguramente la hubieran corrido inmediatamente, como es natural seguí ignorándola, pase por la sección de Fuentes, de Paz, de Garro; deteniéndome en Hernández e Ibargüengoitia; podría sentir que me cazaba con su sola mirada, cuando más incomodo me sentía, más rápido pasaba los libros, tome dos libros y me fui a la sección de Teatro, ella me seguía con la mirada, trate de serenarme y seguí buscando más libros, cuando por fin termine con la sección de Teatro, rápidamente me seguí a la de Historia de México.

Me quede hojeando un libro, que curiosamente hablaba sobre las mujeres de Francisco Villa, cuando llego a mi lado y se me quedo viendo, yo voltee casi sudando por cómo me sentía y me sonrió:

-Hola- Dijo en un tono casi tanto orgásmico contenido tanto como en un tono de interés nostálgico.

Respondí el saludo, casi inexpresivo con tono nervioso, semi-pendejo, que la hizo sonrojarse de tal forma que creí era el frio que normalmente baja en Xalapa cuando uno menos se lo espera, me voltee para buscar otro libro, pero ya el destino me tenía preparado algo que ver con esta mujer.

-Tienes buenos gustos literarios- me dijo, conteniendo un suspiro como un gritito de emoción, controlado por su estomago; esta vez el que paso a sonrojarse fui yo, me atrevería decir que en estos tiempos es muy difícil encontrar que a una mujer le guste lo mismo que a ti en cuestiones literarias.

-Gracias- llegue a contestar cuando vi que de uno de los libros que había escogido se denotaba el apellido Ibargüengoitia, por lo que conteste rápidamente –tú igual tienes buenos gustos-

Los dos nos quedamos viendo directamente a los ojos.

-Me llamo Julia, mucho gusto- dándome su mano y de su boca salía un leve aroma a tabaco.

-Me llamo Vicente, mucho gusto- le di la mano y de mi boca salía el aroma a café con un toque de tabaco.

Este hecho basto para que los dos nos fuéramos muy contentos a pagar a la caja, cuando la cajera (que es conocida mía) nos dio los libros se me quedo viendo con cara picaresca, salimos al mismo tiempo a la calle, estaba a punto de irme para otra librería para buscar más libros.

-Oye Vincent ¿quieres ir al callejón por un café?

Al ver mi objetivo tan lejos y a Julia tan cerca decidí ir con ella por un café, aquí me di cuenta que con qué tipo de mujer era con la que había entablado una cierta conexión rápidamente rara, me conto de donde era, que estudiaba filosofía y letras, hizo que comprendiera que los hombres somos todos iguales y que lo único lo que importa en este país es la lucha de las clases sociales, me dijo que leyera a Marx y a Engels para que la comprendiera mejor, si lo no hice es porque me dio flojera.

-Sabes llega un momento en el que una se siente sola y quiere a alguien que la comprenda- se me quedo viendo como quien ve al San Antonio de Padua de cabeza, ¡le hizo el milagrito! yo por ser tan buena gente y sentirme también solo le comente lo mismo, hizo una especie de mueca que después sabría que era una sonrisa cariñosa y me beso. Bueno al menos empezaría con eso de que alguien pensara en mi y viceversa.

Desde el momento que había visto a Julia y intuí como era, debí haber salido corriendo de la librería, el primer disgusto que tuve con ella fue porque en su casa puse un libro Rodolfo Usigli junto a uno de Salvador Novo, solo alcance a oír que eso era una infamia, que eran enemigos y se murieron siendo enemigos, vaya justificación estúpida, la otra pelea fue porque su gato Boris me había arañado la mano y lo avente fuera del sillón; esta vez me acuso de maltrato animal. Pero la peor fue cuando los dos no fuimos a un bar cerca de mi facultad, ella tomo tanto pudo y tanto pudiera, salió en un tal estado que tuvimos que tomar un taxi para llegar a su casa, ahí estábamos los dos, ella ebria y yo cuidándola, llegamos a su departamento y entramos, ella fue a no sé qué cosa a su cuarto y yo me quede en la sala esperándola para no aburrirme puse un poco de música a volumen considerable para no despertar a los vecinos.

Al ver que no salía de su cuarto fui a ver que todo estuviera bien, cuando llego a la puerta y toco para no interrumpirla en algo que pudiera molestarle, me dice entre voz media sensual e intendible que yo pasara, vaya sorpresa me lleve al ver a Julia completamente desnuda en su cama y llamándome con el dedo, sabía que no estaba en sus cabales pero uno no piensa en eso cuando lo llama el deber, como un tigre brinque a la cama y le empecé a besar, me imagino que le gusto por que se retorcía de tanto gusto, cuando estaba a punto de quitarme el pantalón se oye que se abre la puerta del departamento y escucho una voz de mujer diciendo que ya había llegado.

-Mierda, mi mamá, se me olvido que venia de visita, rápido vístete- nunca había visto que a alguien se le bajara tan rápido una borrachera.

Estábamos vistiéndonos, cuando entra la mamá de Julia al cuarto nos ve apresurados vistiéndonos, y abrió tan grande la boca que lo único que pensé en ese momento fue: más vale aquí corrió que aquí murió, tome rápidamente mis cosas cuando vi que la señora ya venía con la escoba en posición de ataque, salí del apartamento y rece que pasara un taxi rápidamente, cuando paso uno y arranco vi por el espejo a la mamá sacando culebras de la boca.

No sé que la habrán dicho a Julia porque jamás la volví a ver y yo jamás me volví a acercar a su casa; pero sé que se fue de la cuidad, lo único que me dolió de su partida fue que se llevo tres libros míos y una cajetilla de cigarros que recién había comprado.